El dibujo es una disciplina que nos permite redescubrir el mundo constantemente, y una forma muy eficaz de ganar acceso al modo de pensamiento no verbal.
Mis clases de dibujo, siguen el método de la Dra. Edwars*, pero también se nutren de la Teoría del Arteterapia. Recogen actividades y ejercicios que potencian las capacidaes de cada uno para la representación gráfica y el desarrollo del estilo propio.
Adaptar los ejercicios y su progresión a las diversas necesidades y predisposición de los alumnos es tarea de quien imparte las clases. Así mismo, está en manos de los alumnos mantener un tiempo mínimo de práctica cotidiana del dibujo que les permita prosperar en sus nuevas habilidades.
En conjunto, es una experiencia transformadora, de apertura. Va destinada a jóvenes y adultos de todas las edades, en especial:
– Personas creativas, que trabajen en campos diferentes del artístico y que quieran controlar mejor sus habilidades para ganar seguridad (profesionales de la docencia, maestras, profesores de artes plásticas…).
– Niños a partir de 10 años. Para los adolescentes puede ser todo un descubrimiento, y una buena práctica para ganar capacidad de concentración, canalizar la energía desbocada y reafirmar la propia identidad, ayudándoles a superar estereotipos.
– También interesa a cualquier persona que quiera retomar o descubrir el dibujo como un dinamizante ejercicio de relajación y atención plena que aporta destreza mental, para mejora y recreo personal.
“… dibujar es algo que está al alcance de cualquier persona con vista normal y la suficiente coordinación ojo-mano como para enhebrar una aguja o coger una pelota lanzada. En contra de la opinión popular, la habilidad manual no es un factor primario para dibujar. Todo el que puede escribir legiblemente tiene destreza para dibujar …El dibujo, con todo lo agradable que resulta, no es más que una llave que abre la puerta a otros objetivos” (Betty Edwards, p.6 y 11).
(*) Betty Edwards es profesora de dibujo en la Universidad del estado de California en Long Beach. Continúa su investigación sobre la relación entre el dibujo y las funciones de los hemisferios cerebrales. Su dedicación la llevó a observar meticulosamente los procesos mentales que se ponen en marcha cuando dibujamos tomando un modelo. Esto, junto con una profunda investigación bibliográfica, le hizo posible elaborar los principios básicos y la serie de ejercicios de un método para aprender a dibujar. Tomar conciencia del estado mental que se requiere y aprender a sostenerlo con la práctica, es la esencia del método.